El monitoreo fetal es una forma de examinar la frecuencia cardíaca del bebé (feto) mientras ocurre el parto. La frecuencia cardíaca otorga una buena manera de identificar si el bebé se encuentra en buen estado de salud o si está padeciendo algún inconveniente. Esta monitorización puede realizarse de forma continua (durante el trabajo de parto) o intermitente (en lapsos determinados).
La mayoría de las mujeres suelen llevar a cabo alguna clase de monitoreo fetal, por ello los médicos y hospitales prestan cada vez más interés en contar con los monitores fetales de última tecnología para ofrecer el mejor servicio a sus pacientes, pues estos aparatos suelen ser de gran utilidad en los diferentes tipos de embarazo.
Cuando las mujeres presentan un embarazo de bajo riesgo, significa que la futura madre y bebé no tienen problemas identificados. Y en muchos de los casos, las mujeres o parejas pueden solicitar por anticipado el monitoreo fetal intermitente. Todo depende del hospital, clínica o médico particular donde se estén realizando los chequeos médicos.
¿Cómo se realiza el monitoreo fetal?
La monitorización puede llevarse a cabo de manera externa (fuera del cuerpo) o interna (dentro del cuerpo). En la mayoría de las mujeres se practica el monitoreo fetal externo, mismo que puede hacerse de manera continua o intermitente.
Monitoreo fetal intermitente
La enfermera o el médico utilizan un aparato conocido como monitor o doppler fetal para poder escuchar el corazón del bebé a través de su abdomen. La frecuencia cardíaca se examina en momentos establecidos durante el trabajo de parto. Por ejemplo, en un embarazo sano, se puede revisar la frecuencia cardíaca del feto cada 30 minutos durante la primera etapa del parto.
Posteriormente, el monitoreo fetal se revisará cada 15 minutos en la segunda etapa. En situaciones en que la madre presente problemas durante el embarazo, pero no riesgos de gravedad, se examinará la frecuencia cardíaca más a menudo. Por ello la importancia de contar con un monitor fetal de excelente calidad.
Monitoreo fetal continuo
La frecuencia cardíaca del bebé es observada en todo momento. Se encuentran dos sensores, los cuales están sostenidos sobre el abdomen con cinturones elásticos. Un sensor examina los latidos del bebé y el otro registra la duración de las contracciones de la madre. En este caso la mujer debe mantenerse cerca del monitor, ya sea en cama, sentada o incluso de pie, depende el caso.
Por su parte, la monitorización fetal interna sólo se practica en casos determinados durante el parto. En este tipo de monitoreo se introduce por la vagina un cable delgado que sale del sensor y se pasa a través del cuello uterino hasta llegar al útero hasta que esté adherido al cuero cabelludo del bebé.
Los médicos aconsejan realizar monitoreo fetal continuo en los embarazos de alto riesgo. Entendiendo este tipo de embarazos como en los que la mujer tiene preeclampsia o diabetes tipo 1, o donde el bebé presenta un problema de salud. Un embarazo puede llegar a ser de alto riesgo durante el parto mientras ocurre un problema. En consecuencia la frecuencia cardíaca del bebé se maneja todo el tiempo.
Beneficios de cada tipo de monitoreo
Intermitente
- La mujer no está conectada a cables en todo momento. De forma que puede ponerse de pie y caminar durante la labor de parto.
- Brinda tranquilidad a la madre y pareja que la labor de parto está avanzando de la mejor manera.
- Es posible indicar al médico o partera que el trabajo de parto puede avanzar a su propio ritmo.
Continuo
- Puede otorgar tranquilidad a la madre y pareja acerca de que el trabajo de parto está progresando de manera adecuada y en todo momento saben el estado del bebé.
- Puede identificar un problema de forma inmediata.
Si requieres saber cuáles son los mejores equipos médicos para realizar la monitorización fetal puedes contactarnos. Contamos con los más avanzados monitores fetales para uso continuo e intermitente.